Escritos y publicaciones

 

Cástaras en los libros

Guías turísticas de la Alpujarra

Visita a... La Alpujarra Alta y Sierra Nevada (1992 y 1999)

También en 1992, la editorial Everest publicó en León una guía de 168 páginas con texto y fotografías de nuestro paisano Gabriel García Guardia, que hace un ameno recorrido por La Alpujarra alta, dividido en ocho rutas con mapas, datos, impresiones, opiniones y más de cien fotografías útiles para el viajero que quiera descubrir un territorio tan cambiado en los últimos años.

Recorriendo la segunda ruta, titulada Hasta los pies de Mulhacén, Gabriel se ve forzado a desviarse unos kilómetros del itinerario para hacer una incursión en Almegíjar y en Cástaras, de la que inserta una magnífica versión de la ya clásica fotografía desde El Visillo, y el texto siguiente:

«Cástaras se descubre tras una asomadilla situada entre vides y almendros. El pueblo tiene un barrio alto, muy escondido entre arboleda, mientras que los barrios que rodean la airosa iglesia de ladrillo se abren claros al mediodía. Es pueblo tranquilo, fresco y agradable. El agua de sus fuentes es apreciada y casi un jardín natural es su fuente baja, en la que quedan restos de un puente romano y junto a la cual yacen, muy abandonados, unos baños termales. En Cástaras, se celebra a su patrón San Miguel, que en otro tiempo obligaba, cada final de septiembre, a disponer su plaza como un corral de comedias. Hoy, se celebra la fiesta el domingo del verano que mejor conviene a los emigrantes, que retornan de vacaciones por esas fechas.

Desde Cástaras, parte un camino que pasa junto a la ermita de la Virgen de Fátima y luego se bifurca; un ramal conduce al anejo de Nieles, al pie de otras minas también famosas; otro va al Cortijo de don Juan y baja al molino del río por su rambla. En la Casería de este pueblo, la Universidad de Granada instaló hace poco un albergue de montaña».

Después de completar la incursión en Almegíjar, vuelve sobre sus pasos para escribir al retornar por el Portichuelo:

«Desde esta altura, el paisaje se torna suave, con un horizonte dibujado de colinas redondeadas. Discurrimos por calizas claras en las que se establecen de vez en cuando prados y majadas. Las acequias dan vigor a estos enclaves agrícolas y algunos cortijos constatan su actual vitalidad. En las solanas, destacan las encinas con su color verde oscuro y seco, mientras que los barrancos son oasis de frescor, cedido por el follaje lustroso y espejeante de los álamos.

A medio camino de Juviles, se encuentra un peñasco calizo cubierto por una yedra a cuyo pie nace una fuente. Es la Fuente de Solís, famosa en estos pueblos por su agua fresca, rica y casi entre lo medicinal y lo milagroso. La húmeda herida en la montaña está acompañada de prados y arboledas en las que resulta apetecible un descanso o una excursión campestre».

 

 

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Copyright © Jorge García, para Recuerdos de Cástaras (www.castaras.net), y de sus autores o propietarios para los materiales cedidos.

Fecha de publicación:

27-7-2007

Última revisión:

27-04-2023