Antes que la televisión irrumpiera en todos los hogares y con sus contenidos inundara nuestro tiempo de ocio, en cada pueblo, con el fin de entretenerse y aliviar los avatares su dura existencia, se realizaban multitud de actividades de muy diversa índole, que contribuían enormemente a estrechar los lazos entre sus pobladores.
Desgraciadamente, con el paso de los años y la paulatina despoblación de estas tierras, muchas de estas tradiciones han ido cayendo en al olvido, hasta llegar a desaparecer. Entre las muchas que existían en Tímar cabría destacar:
"Cuando la pava llegó a Tímar entró por el Retamar,
salieron a recibirla el cura y el sacristán"
" Aquí en este Pueblo, sucedió un prodigio que nadie lo quiere creer: Hace muchos años, ¡quién sabe cuantos! Ni este siglo ni el pasado ni en muchos más, porque estas cosas se trasmiten de padres a hijos y no es posible averiguar el comienzo, había un sacristán que no debía ser nada de torpe y tenía una pava, la que, buscando galán para su hermosura, se fue nada menos que a la piedra amarilla, que es el tajo más alto de Tímar, por donde dicen también despeñaban a los condenados a muerte, y, temiendo quedarse sin ella y conseguir del que la encontrara la devolviera, ideó una argucia muy en armonía con el acendrado sentido religioso del vecindario. Cundió que se había presentado la Virgen Santísima en forma de pava, y hombres, niños y mujeres fueron a ver el milagro, entonando todos en la misma forma, el pal-pal que hace una pava a fin de que volara al pueblo y poderla coger.
Nadie de esta manera podía matarla para comérsela ni quedarse con ella y desde entonces ha quedado como cosa sagrada la pava de Timar y un estribillo popular que dice:
«Cuando la pava de Timar entró por el Retamal, salieron a recibirla el cura y el sacristán».
-¿Pero que pasó con la pava? - preguntamos todos casi a coro.
-Pues nada, ¿Qué iba a pasar? - siguió diciendo el arriero-: Una vez que el sacristán la recogió, dijo de ponerla en un fanal y al introducirla en él, desapareció como por encanto, pues según decía, los seres sobrenaturales lo mismo aparecen que desaparecen de momento, si así les place, por ser esto, otro misterio.
- Entonces dije yo: Antiguamente eran muy frecuentes las apariciones y los encantamientos. Puede que el sacristán no tuviera gracia, para conservarla en aquel estado por más tiempo. Nadie sin duda pensó que aquella pava fuera la de carne y hueso, la del sacristán y si hoy otras pavas volaran como la de Tímar, en otros pueblos no sabemos lo que pasaría."
"Cuando la pava llegó a Tímar entró por el Retamar,estando la clave que explicaría este "pequeño matiz" diferenciador recogida en su libro, cuando en la pág. 174-179 habla de "9. Francisco Jiménez, un poblador muy especial" padre de Andrés Ronquillo -encargado del repartimiento de Lobras y Tímar-, o de la "pequeña oligarquía" -pág. 156- que el irregular reparto de los bienes de los moriscos originó; y cuya lógica explicación sería una clara alusión al revuelo que se organizaría en la población con la llegada de "estas personas" a Tímar.
salieron a recibirla el alcalde, el cura y el sacristán"
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(Imagen de la salida de la Procesión, del 31 de Mayo de 2003) , |
Realmente, en la actualidad, las fiestas en su mayor apogeo y esplendor se celebran el domingo más cercano a la Asunción de la Virgen (el 15 de Agosto), patrona del pueblo, al retornar a él todos los vecinos, familiares y muchísimos amigos. En esos días la algarabía es generalizada, rivalizando los "mayordomos" encargados de organizar los festejos para conseguir superar lo efectuado en años anteriores.
La tradición popular obliga a sacar en procesión, las imágenes de los patronos, en tres ocasiones al año: los días de la ascensión y de la asunción, ya mencionados, y el 25 de diciembre (día de Navidad), conmemorando un terremoto que en ese día sacudió el pueblo derribando los tejados, que eran de tejas, del ayuntamiento y de las casas de la calle Real.
( Las siguientes fotos nos las ha facilitado Juan Ruz Ortega ) | ||
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Procesion: Señor de la Ascensión
(Isabel del Lobrazan, Marina Ortega y su hija Lola Ruz -en brazos-, Socorrito, detrás Amalia, Encarna con su hija de la mano, atrás a la izquierda a José el de Carmela, llevando la imagen Agustín Barbero y Joseico "pichorrica" y detrás Antonio el de Manuela. La señora que se ve en el centro del paso: Aurelia, de Trevelez) |
Procesion: Virgen de Fátima (de 1965 -aprox.-)
(Pilar Camas -de pequeña-, detrás Josefina, Pepita, Angustias y llevando la imagen: Serafín y Ángel, en primer plano: Manuel Ruz) |
El fervor hacia su "Señor de las Ascensión" es tal que cuenta la leyenda, que (en uno de los muchos trasiegos que ha tenido, -ver historia-) cuando el ayuntamiento fue trasladado a Lobras, pretendieron también llevarse la imagen pero esta pesaba muchísimo al marchar cuesta abajo y en cambio no pesaba nada si la subían de vuelta a Tímar, por lo que finalmente no les quedó más remedio que dejarla en el pueblo.
Este fervor popular de los pueblos de la Alpujarra hacia sus patronos alcanza su máxima expresión en innumerable canciones populares de índole religioso. Aunque claro está, sin olvidar en ningún caso la alegría y ganas de diversión que caracteriza a sus habitantes.
Es muy frecuente que tanto jóvenes como mayores se desplacen a los pueblos de alrededor que se encuentre en fiestas. Por lo que durante los meses estivales, la alegría por toda la comarca se hace generalizada y casi ininterrumpida, aparcando rencillas y compartiéndola con todos los visitantes que durante esos días se acercan.
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