Casi todas las civilizaciones conocidas han tenido presencia en La Alpujarra
y han dejado, en mayor o menor medida, huellas de su existencia; si
bien, el conocimiento histórico de esta comarca es bastante incompleto hasta
la época nazarí.
No obstante, algunas prospecciones arqueológicas, permiten hablar de una
ocupación romana en La Alpujarra; nos referimos entre otros a los
yacimientos de Bordomarela, en Torvizcón, (A. Malpica, Poblamientos y
castillos en Granada, 1996), y de la vega de Órgiva (C. Trillo, Pensar La
Alpujarra, 1996).
Sobresale la sigillata, pero también se encuentra cerámica común romana, prehistórica y altomedieval. Como indica la profesora Carmen Trillo, estaríamos ante un asentamiento conectado con las citadas minas y con el castillo de Juviles, en donde también se ha hallado cerámica romana y tegulae. En el enclave al que nos estamos refiriendo, se encuentra un importante cruce de antiguos caminos que comunicaban las poblaciones de Nieles, Timar, Lobras y Juviles, y por el cual debía pasar la vía de comunicación entre el valle del Guadalfeo y el castillo de Juviles, a través de la rambla de Nieles. Nieles entra en la historia con la ocupación musulmana, y probablemente muy unido a la historia de Juviles, dada su proximidad con dicha localidad y la importante fortaleza defensiva existente en ella, ya citada en el siglo X en la obra de al-Rāzī como hisn Šubīlīs. El castillo de Juviles adquiere su protagonismo en la época de formación del estado omeya y durante el inicio del periodo califal. Asi en al-Muqtabas III es mencionado en las campañas del emir Abd Allah, en el año 297 de la Hégira, (910 d.C.), contra el muladí Omar Ibn Hafsūn. Tras la muerte del emir, accede al trono su nieto Abd al-Rahmán III; será entonces, en el año 913, cuando obtenemos noticias más detalladas sobre el hisn de Juviles que, como gran parte de La Alpujarra, se encontraba del lado del citado rebelde Omar Ibn Hafsūn. Este tenía allí a sus hombres, entre los que se encontraban, según las crónicas, numerosos cristianos. De la magnitud del castillo da idea el hecho de que fuera el único de la zona que se resistió al califa. Tras construir una plataforma sobre la que se instaló una catapulta para lanzar piedras, fue asediado durante quince días, durante los cuales el ejército del califa arrasó las cosechas y cortó el suministro del agua. Rendido el hisn de Juviles, cayeron otros castillos alpujarreños, con lo que la zona queda finalmente sometida. A partir de ese momento, Juviles se convertiría en el centro rector de un amplio territorio.
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